martes, 5 de marzo de 2013

"Intemperie", de Jesús Carrasco.


Tres ediciones en un mes.

Elogios unánimes, merecidos.

Certeras referencias, vertiginosos símiles, meritorias comparaciones, todas ellas oportunas, por mucho que puedan turbar al afectado o parecer desmesuradas.

"Intemperie" es una obra inspirada y provocadora.

Su lectura un impactante regalo aleccionador.

La ironía, y la conmoción, es que lo novedoso de la oferta de Jesús Carrasco está en la vuelta atrás, en la recuperación de los elementos tradicionales, los peculiares y más sólidos, de nuestra literatura.

Ese retorno se produce a todos los niveles. Lo que es válido para la literatura, es perfectamente aplicable al conjunto de la sociedad. Forma y fondo trabajan coordinados con un objetivo común. Jesús Carrasco desempolva un vocabulario agonizante, sugerente, y reivindica su precisión, melodía y poder evocador.

A la intemperie sitúa a sus personajes. Solidario con ellos, bajo ese mismo cielo raso, con los pies firmes en la tierra común, sin otro abrigo que la sabiduría de ésta, escribe una sincera y humilde historia que se nutre con el brioso simbolismo del paisaje mesetario y con la épica endémica de sus estoicos habitantes. Un relato atávico que supura un existencialismo lírico, resignado y un acracia cautelosa.

En un momento de extravío como el presente, Jesús Carrasco propone retroceder hasta un terreno conocido, una ubicación segura y, a partir de ahí, examinar los errores, localizar los desvíos, y buscar de nuevo el norte que marque el rumbo. El norte, como siempre, es lo deseado, la meta, el futuro soñado.

Un porvenir propicio se logrará si se busca en el pasado. Si se aprende de los errores. Si no se cometen insensateces ni atropellos. Jesús Carrasco invoca la reimplantación de valores seculares y de comportamientos más acordes con el entorno.

"Intemperie" abre vías alegóricas de debate sobre diversos temas candentes. Reclama la vigencia, actualizada, de fórmulas económicas que se han demostrado sensatas, solidarias, humanas y equilibradas. Plantea la necesidad de una efectiva adecuación de las formas de gobierno a un respeto real por las libertades individuales. Denuncia los abusos de poder. Y justifica la defensa propia, la legítima respuesta ante agresiones e injusticias.

Jesús Carrasco es un monstruo. Da miedo imaginar lo que puede ser capaz de escribir. Produce vértigos calcular su potencial. Causa envidia saberse incapaz de escribir algo semejante.

Y si las expectativas no se ven confirmadas, da igual. Ha sido un honor leer esta pequeña obra maestra. 

Más información sobre Jesús Carrasco e "Intemperie".

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